Tipos de compañeros de trabajo y cómo lidiar con ellos, parte I

Tipos de compañeros de trabajo y cómo lidiar con ellos, parte I

Desde el tóxico hasta el quejumbroso, estos son los primeros ocho perfiles que son clave y básicos en las oficinas de trabajo.

Hay una expresión que dice: “Parece que los cortaron con la misma tijera”, haciendo referencia a las similitudes que hay entre las personas. Y eso es lo que pasa en los equipos de trabajo, ya que hay personalidades clave que, prácticamente, están en todos los equipos de trabajo. 

Aunque cada persona es única, Psicología y mente señala que hay 16 tipos de empleados, los cuales se caracterizan por sus acciones, actitudes e incluso manera de relacionarse con los demás. A su vez, esto permite tener una idea de cómo se comportan y, por lo tanto, cómo lidiar con ellos.

En esta ocasión, presentaremos los primeros ocho tipos de trabajadores, empezando por los más evidentes o “clásicos”.

    1. Tóxico. También conocido como conflictivo, se caracteriza por generar problemas, dividir al equipo de trabajo y tener roces con los compañeros. Igual tiende a destacar lo negativo y criticar, además de guardar información para luego usarla a su favor. Lo mejor es no darle importancia y frenarlo cuando quiera hacer plática sobre temas que pueden detonar conflictos, es decir, lo ideal es limitarse a tratar temas laborales.
    2. Perfeccionista. No sólo se enfoca en hacer las cosas bien, sino que no acepta que las otras personas no estén “a su nivel” o le cuesta entender que cada colaborador trabaja a su manera y ritmo. Esta conducta le genera estrés, ansiedad y frustración, lo cual puede “contagiar” al equipo de trabajo.  Lo mejor es no permitir que sus estándares afecten el desempeño y productividad, ya que cada persona sabe qué le funciona para cumplir con sus actividades.
    3. Sabelotodo. Es el tipo colaborador que cree saber todo, de modo que no tiene humildad para aceptar cuando desconoce algo. Igual le cuesta tomar las sugerencias de los compañeros, al considerar que sus puntos de vista son insignificantes. Lo mejor es no tomar personal lo que diga y enfocarse en cumplir las actividades asignadas; en caso de tener un trabajo juntos, definir desde un comienzo una ruta de trabajo e informar al líder para que esté en contexto e igual sirva como un respaldo.
    4. Adicto al trabajo. Como el nombre lo dice, siempre está trabajando, no sabe poner límites entre la vida personal y laboral. Tampoco sabe decir no, lo que hace que se sature de tareas, además de que le gusta tener el control de todo. Lo mejor es no permitir que invada las actividades, estableciendo sutilmente límites, a fin de que no repercuta en el trabajo de cada colaborador.
    5. “Comunicativo”. Le gusta saber de la vida personal de sus compañeros de trabajo y compartirlo con otras personas. Suele juzgar a los demás y tomar atribuciones que no le corresponden. En resumen: se mete donde no lo llaman. Lo mejor es mantenerse al margen y evitar platicar cuestiones personales, por más triviales que sean.
    6. Opositor. Siempre le lleva la contraria a todos en todo, ya que considera que sus opiniones y criterios tienen mayor valor. Sin embargo, su objetivo es protagonizar y no tanto imponer. Lo mejor es darle la pauta para que exponga sus perspectivas, pero siempre retomar al punto central para que no se pierda el objetivo.
    7. Quejumbroso. Ya sea que se traten de cosas del trabajo, personales o familiares, siempre tienen una queja para todo. Su intención no es hacer sentir mal a las personas, sino compartir lo que lo aflige y estresa. Lo mejor es escucharlos y animarlos, a fin de ayudarlos a tener una visión más optimista.
    8. Lento. Su meta no es ser el primero ni el mejor, ya que prefiere hacer las cosas a su ritmo y no fatigarse en el proceso. Esto afecta cuando hay entregas grupales, principalmente. Lo mejor es trabajar con ellos de acuerdo con un calendario en el que se establezcan fechas de entrega, así como solicitar avances previos para que no haya fallas.

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