Teleworkaholics, en aumento para no pensar en la pandemia

Teleworkaholics, en aumento para no pensar en la pandemia

La conexión diaria incrementó en promedio 2.5 horas, indica estudio de proveedor de servicios de red privada virtual NordVPN.

Durante la pandemia, los trabajadores han experimentado todo tipo de cambios e igual han tenido varias facetas, la mayoría influenciadas por el estrés y la ansiedad. Una de esas nuevas modalidades es el teleworkaholic debido a que la delgada línea entre la vida personal y profesional se volvió frágil, al compaginar ambas en un mismo espacio.

 

La palabra workaholic es un anglicismo que literalmente se traduce como trabajólico o adicto al trabajo, de modo que hace referencia a las personas cuyas vidas giran en torno al plano laboral. Ante la pandemia, es común que los empleados estén conectados más tiempo de lo habitual, ya sea porque están atrasados con las actividades o eligen estarlo.

 

De acuerdo con NordVPN, proveedor de servicios de red privada virtual, en Austria, Canadá, Gran Bretaña y Estados Unidos la conexión diaria aumentó en promedio 2.5 horas.

Los motivos pueden ser diversos como medio de escape para su nueva realidad, por complicación para sobrellevar el ritmo laboral o miedo a perder el empleo. Sin embargo, Santiago Joseph, psicólogo y CEO de la plataforma Sesión, asegura que esto se debe a que la “gente que se refugia en el trabajo para no pensar en el Covid19 o en lo que dejó de hacer”. Enfatiza que lo alarmante son las consecuencias como no comer bien, descansar y activar el cuerpo.

 

Características de un teleworkaholic

 

Admitir que se tiene una adicción no es sencillo, principalmente porque la rutina no permite visualizar los focos rojos; a pesar de esto, hay siete características que todo teleworkaholic tiene:

 

    1. No respetar el horario de trabajo, incluyendo la hora de comida.
    2. Siempre hay un motivo (excusa) para no descansar como atender pendientes o adelantar trabajo.
    3. Estar conectado 24 / 7, y no es precisamente estar frente al monitor, pero sí revisando notificaciones o planteando nuevas propuestas de trabajo.
    4. Dificultad para delegar tareas, ya que se considera que otras personas no harán el trabajo con la misma calidad o esmero.
    5. No se sabe decir no, de modo que la lista de actividades es interminable.
    6. Hay desinterés para hacer actividades cotidianas ya sea individualmente o compañía (familia, amigos, pareja).
    7. Culpar a los jefes o la empresa de la sobrecarga de trabajo.

 

Como todo problema, Joseph señala que lo primero es aceptarlo y después comprometerse a tomar medidas al respecto; en este caso, disminuir el ritmo de trabajo, haciendo pausas para comer, relajarse y meditar, y retomando actividades que se hacían antes, principalmente las recreativas.

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